miércoles, 22 de septiembre de 2010

La falange effgiana

La banda a bastones pudo encontrarse una vez más, para vestir la tan preciada camiseta. Equipo con una baja, ya que Carracedo se fue de paseo, enfrentaba a Antártida, que venía de perder y ganar respectivamente en las dos primeras fechas. Tercera batalla, momento clave del campeonato para sumar puntos y no perder pisada a un Apache que aparecía como único puntero a 3 puntos del los segundos. El partido se presentó tranquilo en su comienzo, algunos desajustes entre la defensa y el medio, y mucha presión rival que sumado a la falta de marrita complicaban el manejo albiazul. Varios tiros hemos visto de maxi desde afuera, jugador que acostumbra a la media distancia por más que pocas veces acierte a los tres palos. Pero para sorpresa de varios, incluído el arquero rival, un lindo remate desde tres cuartos de cancha fue directo hacia la portería, que con poca resistencia de quien intentaba defenderla, fue vencida por nuestro mediocampista. 1-0 para los bastoneros.
Maxi, de pibe y no tanto, solía perderse en el alcohol, hasta el punto de no encontrar la dirección exacta de su casa, de terminar abrazado contra los rincones junto a la gordita de turno. Más de una vez regresó un par de días después a las prácticas. Pero tiene su otra historia este guerrero, de transpirada camiseta número cinco, nacido futbolísticamente en el A.S. -semillero effgiano- de a poco va encontrando su lugar en el equipo a bastones, a fuerza de garra, lucha, y porque no, de goles.
Concluída la primera etapa, había que aguantar el resultado obtenido, y el rival de turno salió con todo para quitar a los bastoneros el resultado parcial. Pero cátedras podrían escribir los caudillos del fondo effgiano sobre cómo defender un resultado. Garra, entrega, pasión, solidez, personalidad, huevo, coraje, y puedo seguir tirando sustantivos que califiquen a esta defensa, que aguantó todo el segundo tiempo como los 300 comandados por King Leonidas contras las hordas de Xerxes.











Faltando 5 minutos para el final, el arbitro muy cagón cobró un penal fantasma a maxi, que no quiso ser menos en el area propia, y tuvo contacto con un rival. Una vez malogrado el mismo ante la presencia del imponente arquero effgiano, que tuvo un par de buenas intervenciones, la falange effgiana se cerró para no abrirse más, esperar el final del partido, y festejar como se debe esta victoria que suma de a tres, es un gran envión anímico, y que significa que a estos guerreros le quedan sólo ocho batallas.

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